Cilíndrico, por lo que es más resistente al vuelco producido por el empuje del viento.
Biselado, para evitar el daño que se produce al rozar la planta con el tubo.
De una sola pieza, sin montaje, con ello se consigue un ahorro de al menos un 70 % en mano de obra.
Rígido, se coloca sin tutor, eliminando así gastos adicionales. Sólo es necesario un buen aporcado de tierra a su alrededor para una correcta sujeción.
Doble capa, su estructura de dos capas inyectadas y unidas por nervios centrales producen un microclima, con lo que se evita el sobrecalentamiento interno, se facilita la condensación e incrementa el porcentaje de humedad, favoreciendo la nutrición de la planta.
Traslucido, para suministrar a la planta la cantidad optima de luz y sombra, favoreciendo el desarrollo de la misma.
Microperforado, facilita la transpiración de la planta, evita la concentración de calor del día y retiene la humedad producida durante la noche. Así, el interior recupera más rápidamente la temperatura adecuada, tanto en altas como en bajas temperaturas, logrando un crecimiento acelerado y una supervivencia de las plantas de casi 100 %.