Después de la aplicación no se deberá realizar ninguna práctica cultural que pudiera afectar a la superficie del suelo (podría provocar reducción y hasta anulación total de la eficacia del producto).
No alomar el cultivo después de la aplicación del producto.
Utilizar, para la pulverización, boquillas de abanico plano a una presión inferior a 3 atmósferas, con caldo suficiente para mojar bien el suelo. Evitar mojar las partes verdes del cultivo. En cítricos evitar la aplicación con presencia de brotes tiernos.
Aplicar mediante pulverización al aire libre mediante pulverización normal con tractor dirigida al suelo. Aplicar en bandas, tratando como máximo 1/3 de la superficie, a proximidad del suelo y, en cantidades que no superen los 150 g de sustancia activa por hectárea y por año. .
Los usos repetitivos en el mismo campo de las sustancias activas del mismo grupo químico o que tengan el mismo modo de acción podría dar lugar a la aparición de resistencia de las malas hierbas. Para evitar el riesgo de resistencia, se aconseja que los productos alternativos posean ingredientes activos de diferentes grupos químicos o que tengan diferente modo de acción.